Austropotamobius pallipes

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Austropotamobius pallipes (Lereboullet, 1858). Nombre vulgar: Cangrejo de río autóctono

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Cangrejo de río autóctono

Clase: Malacostraca
Orden: Decapoda
Familia: Astacidae

Como A. pallipes, se distribuye en Europa por: Croacia, Bosnia, Eslovenia, Italia, Suiza, Austria, España, Francia, Islas Británicas, Alemania y Portugal; y como A. italicus, diferenciada de A. pallipes, por Italia, sur de Suiza, España, Balcanes y Austria. Antes de la propagación de la afanomicosis, ocupaba prácticamente toda la España caliza; en la actualidad ha quedado relegado a un área marginal de su rango de distribución original, en los tramos de cabecera, aislados en muchos casos por barreras físicas o intervalos secos.

Austropotamobius pallipes

Hábitat Cangrejo de río autóctono

Puede ocupar ambientes muy diversos, desde aguas relativamente rápidas en cursos de montaña a aguas lentas en tramos medios, lagos, embalses y charcas naturales o artificiales. Su rango altitudinal va desde el nivel del mar a los 1520 m. Su marginación a las cabeceras de los ríos ha provocado problemas en la obtención de recursos tróficos, refugios, etc., y los hace muy sensibles a los cambios ambientales bruscos.

Es una especie omnívora que tolera aguas con contaminación orgánica moderada y temperaturas de suaves a frías. Selecciona lugares de poca corriente con una mínima cantidad de refugios para excavar galerías, desenterrar macrófitos o raíces de árboles. Las cópulas se realizan en otoño y la eclosión en primavera; ponen alrededor de 100 huevos. En invierno tienen un periodo de inactividad, y llegan a vivir 10 años. Es una de las especies de invertebrados de mayor tamaño.

El principal problema que causó el declive de la especie a partir de la década de los ochenta, ha sido la importación de dos especies de cangrejos americanos, el cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) y el cangrejo rojo (Procambarus clarkii), ambas portadoras del hongo Aphanomyces astaci, responsable de una enfermedad que ha diezmado las poblaciones del cangrejo autóctono, la afanomicosis. Esto unido a la destrucción de su hábitat por desecación, a la transformación de los cursos de agua y al deterioro de la vegetación de ribera, han llevado al cangrejo de río autóctono al borde de la extinción.

El cangrejo de río ha visto reducidas sus poblaciones a un ritmo alarmante (de ocupar toda la España caliza, como ya hemos dicho, a quedar relegados a unas pocas áreas marginales); y aunque en la actualidad se ha conseguido frenar la intensidad del proceso de desaparición, sigue siendo regresivo. En Andalucía, a las 35 poblaciones naturales existentes, hay que sumar más de un centenar de traslocaciones realizadas con éxito en los últimos años.